
La próxima semana comienza la Catequesis Infantil en la Parroquia con la celebración de las reuniones con los padres (el día 30 para los de 1º que inician la catequesis, el 25 para los de 3º y el día 26 para 2º) y el domingo 29 también reanudamos la celebración de la Misa de Niños. A los padres nobeles en estas lides y a los que ya lleváis un tiempo en esta dinámica os ofrecemos unos consejos para “empezar con buen pie” y para recordar durante el curso. |
Acompaña
En el bautismo de vuestro hij@ recibisteis la misión de educar en la fe al niñ@. La familia es la Iglesia Doméstica en la que el niñ@ vive su fe, despierta y crece en la vida cristiana-. Por tanto, acompañar a vuestro hijo en este proceso de la Catequesis es una misión irrenunciable.
Es verdad que el Proceso de Iniciación Cristiana se hace en grupo, en comunidad –en Iglesia- y se lleva a cabo de una manera sistemática orientado por personas que están específicamente preparadas para ello. Pero que el niño vaya a Catequesis no significa que ese gesto semanal durante un periodo de tres años provoque su despertar y crecimiento en la fe. La fe es viva, tiene consecuencias, transforma y madura, es reveladora, impulsa y compromete,… y sólo en un ámbito como el hogar, la familia, puede tener consistencia.
- Es importante que veáis con el niño lo que ha hecho en la sesión de catequesis. En el Libro de Catequesis veréis que hay un espacio con un guión para trabajar en casa.
- ¿Alguno de vosotros no echa un vistazo al libro de fichas de Mates o al cuaderno de Lengua…? Es bueno que también veáis el Libro de Catequesis de cuando en vez.
- Preséntate a la Catequista, háblale del niño, escúchala… Es posible que le puedan ayudar tus indicaciones. Es posible que os puedan ayudar las suyas.

- Hay niños que dicen que se aburren –pocos pero los hay- y me pregunto si han dado la oportunidad a la catequesis de dinamizar todos estos aspectos.
- Y hay padres –pocos también- que no valoran y muestran desafección hacia la catequesis desanimando a los niños y asfixiando toda posibilidad de crecimiento y desarrollo. No hace bien a los niños.
- Y nuestras catequesis tienen sus fallos –deseamos que sean pocos- y os pedimos la colaboración para comunicarlos cuando los detectemos. Esta es de las pocas garantías que tenemos para intentar poner remedio.
Motiva
Piensa que hay mucha gente implicada desinteresadamente en la catequesis parroquial. Esto te confirma que se trata de algo importante. Porque no es verdad que lo que no cuesta carece de valor. Lo que merece la pena de verdad no cuesta dinero. Echa un vistazo a tu vida y lo verás.
Pero hay algo más, el verdadero centro y protagonista de la catequesis es el Espíritu de Dios que en este proceso va haciéndonos asimilar a Cristo, el Hijo del Padre que nos ha revelado el corazón de Dios para prestarle nuestra adhesión por la fe. Pues bien, el Espíritu “sopla donde quiere” y Él va haciendo en nosotros su obra y sosteniendo el crecimiento y la fe de vuestr@s hij@s y la nuestra.
Esta obra de la catequesis, que está en manos de Dios, nos inspira la confianza que expresa el Apóstol Pablo: “¡El que comenzó en vosotros esta obra buena, Él mismo la llevará a término!”

- Sé paciente, los procesos tardan y tienen que ser sólidos para que se asienten. Y ten la confianza de que Dios está trabajando ahí, ¡dejémosle hacer!
- El trabajo de tantas personas puesto a disposición de vosotros y vuestr@s hij@s es una motivación que debe provocar una actitud positiva y abierta.
- No hay mejor motivación para tu hij@ que verte feliz y confiado en tus decisiones y elecciones. Si transmites dudas, sospechas,… puedes echar a perder lo que él está consiguiendo.
La Catequesis de Iniciación Cristiana tiene su hito más importante en la participación del niñ@ en la Eucaristía. Jesús mismo les invita a sentarse a su mesa y compartir el Pan de su Palabra y de su Cuerpo. Es obvio que participar los Domingos en las Eucaristías, en la Misa de las Familias a las 11:30 h es una cita obligada, un momento denso que no se pueden perder.
La densidad de esta celebración es evidente. El Domingo se reúne toda la Comunidad Cristiana y celebra su fiesta. Se expone a la Palabra de Dios que nos transforma e ilumina. Aprendemos a compartir con el gesto de Jesús que se hace pan partido, entregado, y sangre derramada por nosotros. En la Eucaristía del Domingo oramos, cantamos, pedimos perdón, damos gracias, nos hacemos solidarios con los que lo pasan mal, aprendemos a perdonar, compartimos… ¿Qué otra ocasión privilegiada tendríamos mejor que la Eucaristía…?
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- Participa en la Eucaristía y haz por que tu hij@ participe. Quienes llegan con unos minutos de antelación, pueden leer, acompañar al sacerdote en el altar,… pero también se puede cantar, contestar las preguntas, movernos cuando nos invitan a subir al altar o tomarnos de la mano,…
- Sé puntual y presta atención. Llegar tarde es casi garantía de estar despistado y poco centrado. Seguro que te vas a perder algo. Y no pierdas detalles, en las celebraciones litúrgicas las palabras dicen mucho –sobre todo la Palabra de Dios- pero los gestos también son reveladores y los cantos acompañan a las palabras y los gestos,…
- La Misa es celebrar la presencia de Jesús Resucitado en medio de nosotros, su Pueblo, y escuchar su Palabra, compartir su Cuerpo, es escuchar y dirigirnos a Dios… pero también es la reunión de los que creemos, es como el corazón de Dios latiendo en medio de nuestro barrio de San Blas-Las Rosas. Pierde el tiempo o, mejor dicho, gástalo con los demás creyentes, charla, saluda, juega a la salida de la misa, disfruta de las chuches de Pepe (que no son suyas, sino de los que celebran sus cumples) con los compañeros de cole o catequesis,… No tengas prisa.
Ora

Con este secreto y la recomendación de que oréis, como sé que lo hacéis, por vuestr@s hij@s, os quiero dar las gracias por habernos encomendado vuestro tesoro, lo que más queréis, aquell@s por los que vivís y para quienes queréis lo mejor, que sean los hombres y mujeres que Dios les llama personalmente a ser. Os lo agradezco en nombre de la Parroquia y la Comunidad Cristiana del Recuerdo de la que vosotros mismos sois parte y en nombre de todos los catequistas que sabéis pondrán su empeño en que vuestros hij@s sean lo que están llamad@s a ser.
Y ahora demos la palabra al niño
"...Me estás enseñando cómo vivir
lo sepas o no".
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