
Juan 9:1,
6-9, 13-17, 34-38
Vio, al
pasar, a un hombre ciego de nacimiento.
Dicho esto,
escupió en tierra, hizo barro con la saliva, y untó con el barro los ojos del
ciego y le dijo: «Vete, lávate en la
piscina de Siloé» (que quiere decir Enviado). Él fue, se lavó y volvió ya
viendo.
Los vecinos y
los que solían verle antes, pues era mendigo, decían: «¿No es éste el que se sentaba para mendigar?»
Unos...