El próximo domingo retomamos el ritmo de la Misa Familiar con Niños en la que padres, niños, catequistas y muchos adultos celebramos el Día del Señor. Cada domingo celebramos la Eucaristía de una manera diferente, dinámica y activa, que despliega en nosotros la dimensión celebrativa de nuestra fe, la comprensión adaptada del misterio del Cristo y provoca en todos, y especialmente en los pequeños, una espiritualidad creciente que se abra al dinamismo del compromiso que brota de la fe. Al final de la entrada hay un video con una celebración de Misa de Niños. No es precisamente Pepe el que la celebra, pero en el estilo se da un aire. |
La Misa Familiar con Niños
- Es una forma de construir familia, de hacer hogar, de consolidar la unión, de recuperar el pasado en el perdón, de reconocerse en la gratuidad y soñar el futuro con esperanza.
- Es la ocasión privilegiada que tenemos como familia para mirarnos en la entrega de Jesús y hacer de su amor extremo nuestro estilo familiar.
- Es la oportunidad de sentirnos miembros de otra familia aún más grande, la gran Fraternidad de los Hijos de Dios que estamos llamados a ser toda la Humanidad. En la Eucaristía suspiramos y anhelamos este sueño de Dios que hacemos tarea y nos comprometemos a tejerla desde nuestra familia al corazón de la humanidad.
- Es la escuela de la escucha en la que dejamos que la Palabra de Dios desvele nuestro propio misterio y a la luz de la Palabra me entiendo, descubro mis fibras más profundas y suenan los acordes de la melodía del Espíritu que vibra en mí.
- Es la Eucaristía celebrada en familia; ni más ni menos que cualquier Eucaristía, que cualquier Misa, con un estilo más sencillo y dinámico, más activo y adaptado para que la catequesis despliegue su dimensión celebrativa y nos sintamos Pueblo enviado a hacer presente en medio de nuestro mundo el proyecto de Dios con Jesús a la cabeza, presidiendo la Mesa, el Banquete del Reino.
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