Sin que nos hayamos dado cuenta, han pasado cincuenta años desde que comenzó el Concilio Vaticano II. Puede parecer mucho tiempo, pero es un periodo relativamente corto en la larga marcha de la Iglesia y del mundo, aunque en estos años la humanidad entera ha visto cómo sus fronteras mentales, espirituales y físicas se han reducido.
El Vaticano II fue un concilio fuertemente eclesiológico, centrado en la Lumen Gentium y en la Gaudium et Spes. Respondía a la pregunta que Pablo VI había lanzado a los padres conciliares:
“Iglesia ¿qué dices de ti misma?”
|