| “Pido al Señor, que me dé la gracia de poner mi vida al servicio de todos vosotros, sé que mi vida no es para mí, sino para vosotros…” A los sacerdotes: “Os necesito a todos. El ministerio que hemos recibido, me hace sentir ya vuestra cercanía y comunión, por ello conoceros será mi primera tarea. Estoy convencido, que la exigencia primera de un "buen pastor" es ser un auténtico discípulo de Cristo, que quiere decir, un enamorado del Señor que renueva todo lo que está a su alrededor, pero al mismo tiempo que vive con ardor el ser misionero, y por eso es constante en la búsqueda de todos los hombres, con un interés mayor por quienes están más lejos…” A los religiosos: “Cuento con vosotros. Os necesito. A través de toda mi vida, siempre he estado unido a la Vida Consagrada, es más, pertenecéis, estable y firmemente a la vida y a la santidad de la Iglesia, enriquecéis con vuestra presencia mi ministerio y la comunión eclesial”. A los más vulnerables:“…Quiero tener un recuerdo especial por los que están sufriendo más, entre ellos quiero recordar a los enfermos y a quienes están sin trabajo, que afecta a tantos jóvenes y familias. Siempre y juntos, tenemos que buscar movernos por criterios de justicia social y no por concepciones economicistas.” A los jóvenes “No os encerréis en vosotros mismos, pues de esa manera ocultamos todo lo que el Señor ha puesto en nuestra vida y contagiamos esa enfermedad grave que afecta a nuestro mundo y que en alguna ocasión yo he llamado "la enfermedad de las tres D" (desdibujamiento del ser humano, desesperanza y desorientación). No tengáis miedo de soñar con cosas grandes”. |