La parroquia siempre es un proyecto abierto. Abierto a todos para que cada persona pueda participar en la actividad y con aquellos que despiertan tu mejor versión de ti mismo. Abierto al futuro porque de nosotros depende dar respuesta en clave de fe y desde nuestra imaginación y creatividad a los retos que nos plantean los hombres y mujeres, los niños y jóvenes, los mayores, los enfermos,... Y abierto al mundo porque de lo que se trata es de ensayar y desarrollar el proyecto evangélico de hacer de nuestro entorno y de este mundo la Gran Fraternidad de los hijos de Dios. |