Como los saduceos, es bastante común que nos enredemos en cuestiones complejas y complicadas que retorcemos hasta la extenuación y Jesús nos da una lección en el día de hoy. Hay que llegar al centro, al núcleo, al motor que da sentido y que hace que funcione nuestra vida. No nos perdamos en discusiones y reflexiones cuando nos estamos jugando algo importante, la vida y, en el centro de la vida, Dios, el Dios de la vida. |