Queridos Reyes Magos



Queridos Reyes Magos:

Parece que todo gira en este día en torno a vosotros. Como si os hubieseis quedado alelados mirando a la estrella y no hubieseis sido capaces de ver a quién apuntaba. Y nos puede pasar algo de esto, que os miramos y no somos capaces de descubrir lo que vosotros encontrasteis y celebramos precisamente en esta fiesta de la Epifanía, de la Manifestación de Dios a la Humanidad.

Queridos Reyes Magos:

Parece que todo gira en este día en torno a vosotros. Como si os hubieseis quedado alelados mirando a la estrella y no hubieseis sido capaces de ver a quién apuntaba. Y nos puede pasar algo de esto, que os miramos y no somos capaces de descubrir lo que vosotros encontrasteis y celebramos precisamente en esta fiesta de la Epifanía, de la Manifestación de Dios a la Humanidad.

Pero dicho esto, no me resisto a escribiros unas letras, como hacen nuestros pequeños y ponerme en “modo deseo”, no del caprichoso, sino del deseo de la necesidad, como cuando me pregunta mi mujer “¿qué quieres para Reyes?” y a continuación sale el “¿qué necesitas…?”

Y quiero decir con esto que no es por darme un capricho… He estado mirando qué necesitamos y veo que necesitamos muchas cosas, sobre todo muchas cosas más que antes y muchas cosas que realmente no necesitamos.

Pero hay cosas que de verdad necesitamos -y no son caprichos- que quiero pediros en esta carta. Veréis, necesitamos que los niños que están por nacer lleguen a nacer. Necesitamos que todos los niños que nacen tengan una familia y puedan crecer en el calor del hogar. Necesitamos poder transmitirles la esperanza a nuestros hijos de que es posible un mundo  distinto y mejor que el que estamos haciendo. Necesitamos tener coraje para luchar por ese mundo que soñamos para nuestros hijos. Necesitamos, para poder luchar, estar sanos y que todos puedan vivir dignamente, que todos puedan desarrollarse en un trabajo digno y que quien ya no puede trabajar sienta el calor y apoyo de todos y que quien aún tiene tiempo por delante antes de trabajar lo pueda llenar de ilusión, de juegos, de preparación, de amistad,… para poder el día de mañana trabajar y empeñarse también por un mundo mejor, más fraterno, más justo, en paz,...

¡Y por cierto, siempre desaparecéis de escena sin ser vistos, sin llamar la atención, quizás porque nos distraemos demasiado con lo que nos habéis dejado! Y se me antoja que volvéis al desierto con los camellos vacíos. Y, puestos a pedir, os voy a pedir que os llevéis al desierto algunas cosas y allí en lo más profundo del desierto las enterráis, las recicláis o hagáis lo que queráis…

Y os pido que os llevéis la violencia y el odio, los enfrentamientos, el dolor de la ruptura, de la separación, de la enfermedad…, llevaros, aunque sólo un rato para que les ilumine vuestra estrella a los chorizos y profetas de desventuras, a los espabilaos que se aprovechan y a los que nos quieren hacer ver como normal lo que no tiene ni pizca de lógica. Llevaros nuestras intolerancias y roces, la apatía y el miedo, nuestra indolencia e indiferencia,… No os vayáis vacíos que aquí tenemos “de todo” para que os llevéis.

Y dejadnos, aunque nadie lo pida este día, los sueños de esta noche, la dulzura de estas fiestas, la sonrisa que no se desprende de vuestro rostro, la ilusión del camino, la pasión de la búsqueda y la alegría del encuentro con quien es el Camino, la Verdad y la Vida.

 

Feliz Noche Melchor, Gaspar y Baltasar!




No hay comentarios:

No nos hacemos responsables de los comentarios que se realicen.