Todos tenemos planificado prácticamente nuestro curso y vamos cerrando nuestras agendas. Una canción de Eduardo Meana nos invita a agendar nuestra alma, a reapasionar nuestros caminos, pensar el tiempo como lo piensa el trigo: para dar mucho fruto. Hacemos oración de este canto y encomendamos al Espíritu, que protagonizará el inicio de este curso, nuestras agendas, la agenda de la Comunidad del Recuerdo. |
REZANDO AGENDAS
Eduardo Meana
Dios de días activos, Dios del séptimo día:
al agendar mi alma dame sabiduría.
Ayudame a "agendarme" respetando mis ritmos
-y no como quien llena casilleros vacíos-.
Dame pensar el tiempo como lo piensa el trigo,
y desplegar mi vida asumiendo sus ciclos.
Las horas de la oscuridad que gesta.
Las horas del asombro que despierta.
Las horas del solcorazón ardiendo.
Las horas de sosiegos.
Las horas de reapasionar caminos.
Las horas del crepúsculo del cuerpo.
Las horas que recogen a las horas.
Las horas en silencio.
Cúrame de una agenda liviana o impulsiva
y un ego desmedido con "agenda divina":
con horror al vacío y temor a la pausa
(pues vacío es apertura y la pausa, recarga).
Que cree que llenar todo es vivir plenamente,
o atiborrar los tiempos es honrar lo importante.
Hay tiempos de la oscuridad que gesta.
Hay tiempos del asombro que despierta.
Hay tiempos del solcorazón ardiendo.
Hay tiempos de sosiegos.
Hay tiempos de reapasionar caminos.
Hay tiempos del crepúsculo del cuerpo.
Hay tiempos que recogen a los tiempos.
Hay tiempos en silencio.
¡Que abrace lo flexible del fluir discontinuo
de mi ser temporal y sus tiempos distintos!
Mi agenda sea yo mismo, que soy cuatro estaciones.
Que soy diástole-sístole, lunafases, dianoche.
Dame pensar el tiempo -para dar mucho fruto
como lo piensa el trigo: pan en tiempo oportuno.
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