Una buena pregunta que no puedes dejar de hacerte después de celebrar la Primera Comunión. |
PRIMERA COMUNIÓN.
Has celebrado tu “Primera” Comunión. ¡Qué absurdo sería que fuese la primera y la última!
Recuerda este momento y quita el bonito envoltorio que lo adorna para llegar a lo importante, a lo central, al núcleo de lo que ha sido este día: el ENCUENTRO CON JESÚS.
Una experiencia que es tuya, un encuentro y una amistad que te acompañará toda tu vida y que, si le haces un sitio importante en tu vida, te seguirá en tu crecimiento, provocará en ti la ilusión y la alegría, te revelará misterios y proyectos que te harán soñar y vivir con plenitud, encontrarás respuestas, saborearás lo que vives con profundidad, te superarás… porque Alguien más grande que tú te impulsa y te mueve con seguridad y confianza.
AMIGOS DE JESÚS.
Ese tesoro que es tuyo y que no cambiarías por nada porque es lo mejor que tienes y que eres.
Pero, como sabes, no eres amigo de alguien porque te apunte a una lista o hayas estado un día de fiesta con él.
El amigo está deseando estar con el amigo, hacer cosas juntos, ayudarse y apoyarse. Jugar y divertirse, pensar en él o, incluso, aburrirse con él.
No perdamos en un momento al mejor de los amigos, al Amigo que nunca falla.
SEGUIDORES DE JESÚS.
Y los amigos de Jesús tienen una forma de ser y de estar en la vida. No llevan las camisetas de su equipo ni tienen rivales, ni títulos que exhibir,… los del equipo de Jesús, sus amigos, viven como seguidores que “siguen” sus huellas y que “dejan” huella porque viven como Jesús, amando y queriendo, haciendo el bien, buscando soluciones, haciéndose protagonistas de un mundo nuevo con el estilo de Jesús.
Y ahora vayamos a lo concreto, “¿qué de qué?", o qué puedo hacer, así, en concreto para vivir como amigo, como seguidor de Jesús…
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