- Y este es el primer regalo que nos deja Taize: la unidad y la fraternidad de personas y comunidades locales que, salvo en algunas cuestiones puntuales, no trabajamos juntos, ni formamos equipos,... y el Espíritu ha inspirado en todos la comunión. Taizé nos deja un arciprestazgo más unido y más fuerte, con mejor capacidad para coordinarnos, y una trama de reconocimiento y afecto mutuos que seguro fortalecerán nuestra misión en este pequeño rincón de San Blas.
- Sin salir de nuestra comunidad local, Taizé nos ha revelado el valor y la generosidad de muchas familias que han apostado por la hospitalidad y la acogida en unos días francamente complicados. Vivimos al lado, participamos juntos en las celebraciones, profesamos la misma fe... pero no se nos había revelado hasta ahora la grandeza de algunos hogares. Los gestos de acogida, el sacrificio, la tolerancia, la superación de las barreras que dificultaban la comunicación,... La generosidad de cada uno de vosotros, de vuestras parejas e hijos,... sólo merecen hoy el reconocimiento más sincero y el agradecimiento más profundo.
- Y no puedo dejar de mencionar en nuestro ámbito el compromiso de algunos jóvenes que habéis colaborado desde el minuto 1 en que todo saliera bien y los jóvenes de Taizé se sintieran en casa, como uno más de vosotros. A Rocío de Santa Florentina, a Javi, Belén, Alba, Paula, Mari,... y a la comunidad de las Hijas de la Caridad de San Blas. Todos vosotros despertáis la confianza y la fe en los jóvenes y urgís la apuesta que deben hacer nuestras comunidades por daros el protagonismo que sois capaces de asumir.
Y nos deja el Encuentro de Taizé el tesimonio, la alegría, la profundidad de unos jóvenes sostenidos por una manera de vivir desde las claves vitales de Taizé: la confianza, las fuentes de la fe, la oración, la inspiración del espíritu, la búsqueda permanente, la paz y la transformación social y, sobre todo, la comunión.
Nos han dejado una huella de estilo. No sólo en la oración, sino en la superación de barreras desde la tolerancia, la aceptación y el afecto. Nos han dejado una inspiración para vivir desde el Espíritu, en la fraternidad, y generar comunión en la diversidad. Nos ha dejado alegría, ¡a veces somos tan aburridos en nuestras expresiones de fe y en nuestras relaciones!, y ellos despertaban la sonrisa y provocaban esa alegría duradera que se sostiene en lo profundo de nosotros.
Y nos quedamos con nostalgia, de los chicos y de estos días, porque nos hemos sentido bien, vivos, alegres, confiados, profundos, plenos,... Porque somos conscientes que difícilmente podremos volver a vivir algo así.
PERO TAIZÉ ESTÁ AHÍ a poco más de un millar de Km y cada semana acoge a miles de jóvenes para vivir esta experiencia. Y sus ENCUENTROS seguirán recorriendo Europa y el mundo (la próxima Navidad en Polonia),... Y, de hecho, ya han manifestado interés varios de nuestros jóvenes para organizar una semana en Taizé este verano. Y todo se andará...
Taizé nos deja muchos jóvenes amigos en el corazón de la vieja Europa y una inolvidable experiencia que nuestras comunidades y nuestros hijos no olvidarán.
Desde el corazón de San Blas ¡GRACIAS TAIZÉ, GRACIAS CHICOS Y CHICAS, GRACIAS FAMILIAS, VOLUNTARIOS Y COMUNIDADES!
Acogida del 28 de Diciembre
Adiós con el corazón, que con el alma...
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