1. Sonreir, un cristiano siempre es
alegre.
2. Dar las gracias (aunque no «debas»
hacerlo)
3. Recordarle a los demás cuanto los
amas.
4. Saludar con alegría a esas personas
que ves a diario.
5. Escuchar la historia del otro, sin
prejuicios, con amor.
6. Detenerte para ayudar. Estar atento
a quien te necesita.
7. Levantarle los ánimos a alguien.
8. Celebrar las cualidades o éxitos de
otro.
9. Seleccionar lo que no usas y
regalarlo a quien lo necesita.
10. Ayudar cuando se necesite para que
otro descanse.
11. Corregir con amor, no callar por
miedo.
12. Tener buenos detalles con los que
están cerca de ti.
13. Limpiar lo que uso en casa.
14. Ayudar a los demás a superar
obstáculos.
15. Llamar por teléfono a tus padres, si
tienes la fortuna de tenerlos.
1. Ayuna de palabras hirientes y
transmite palabras bondadosas.
2. Ayuna de descontentos y llénate de
gratitud.
3. Ayuna de enojos y llénate de
mansedumbre y de paciencia.
4. Ayuna de pesimismo y llénate de
esperanza y optimismo.
5. Ayuna de preocupaciones y llénate de
confianza en Dios.
6. Ayuna de quejarte y llénate de las
cosas sencillas de la vida.
7. Ayuna de presiones y llénate de
oración.
8. Ayuna de tristezas y amargura y
llénate de alegría el corazón.
9. Ayuna de egoísmo y llénate de
compasión por los demás.
10. Ayuna de falta de perdón y llénate
de actitudes de reconciliación.
11. Ayuna de palabras y llénate de
silencio y de escuchar a los otros.
SI TODOS INTENTAMOS ESTE AYUNO, LO
COTIDIANO SE LLENARÁ DE PAZ, CONFIANZA, ALEGRÍA Y VIDA.
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