PRIMER MISTERIO: ANUNCIO DEL ANGEL A SANTA MARÍA
SACERDOTE: En el
nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo.
(Música de fondo de la misión)
INTRODUCCIÓN
Y,
he aquí que al sexto mes Dios envió el ángel Gabriel a una ciudad muy pequeña
de Galilea llamada Nazaret para hablarle a una joven desposada con un hombre
llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. El ángel
se dirigió a ella invitándola a la alegría:
ANGEL: Alégrate,
María, llena de gracia, el Señor está contigo.
A
partir de este momento comenzó un diálogo profundo entre ambos. El ángel le
dijo:
ANGEL: No temas María, porque has hallado gracia delante de
Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por
nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios
le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los
siglos y su reino no tendrá fin.
María
respondió al Ángel.
MARÍA: ¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?
El
ángel le respondió:
ÁNGEL: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del
Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será
llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo
en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque
ninguna cosa es imposible para Dios.
Dijo
María:
MARÍA: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu
palabra.
Y
el ángel, dejándola, se fue.
Así
fue el primer saludo que Dios dirigió personalmente a María. Nosotros, también
queremos saludarte; Madre, en esta vigilia de oración con las mismas palabras
del ángel Gabriel. Por eso nos dirigimos todos juntos rezándote:
Dios te salve, María, llena eres de gracia,
el Señor es contigo.
Bendita tú eres entre
todas las mujeres
y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de
Dios,
ruega por nosotros
pecadores,
Ahora y en la hora de
nuestra muerte, Amén.
(Se quita la música de la misión)
SEGUNDO MISTERIO: VISITA DE MARÍA A SANTA ISABEL
En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud
a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó
a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo
el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con
gran voz, dijo; “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y
¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis
oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha
creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!
INTRODUCCIÓN AL SÍMBOLO
María,
tú eres la Madre
atenta. Atenta porque saliste al encuentro de tu prima Isabel en cuanto te
enteraste que estaba encinta; atenta porque en las bodas de Caná fuiste la
primera en darte cuenta que faltaba vino y te faltó tiempo para decirse a tu
Hijo que hiciese algo; atenta porque en el momento más duro de la vida de tu
Hijo, cuando estaba sólo en la cruz, tú lo acompañaste; atenta también para
alentar la fe de los apóstoles durante ese pequeño tiempo que pasaron de temor
y desesperanza hasta la venida del Espíritu Santo.
En
este momento, queremos recordar tu atención con el símbolo un reloj. Diariamente
lo usamos para estar en el momento oportuno a donde tenemos que ir. Ojalá tú
seas para nosotros como este reloj, ojalá tú seas siempre quien nos recuerde
aquella frase de Jesús, que tú, sin duda, viviste continuamente: “Estad siempre
atentos”.
SALMO
Te saludamos, María, Virgen más
bella que el sol,
porque nos has dado a Cristo,
porque nos has dado a Dios.
Bendita
eres, María, joven nazarena,
elegida de Dios; la que agradó al
Señor,
por ser la más hermosa, nacida
inmaculada,
mujer restituida, al fin, en toda
Gracia
Bendita
eres, María, joven de alegre primavera;
eres la Madre atenta a las
necesidades de los demás,
la que nunca olvida a un hijo
suyo,
la que siempre está velando por
nosotros.
Bendita
eres, María, joven entrega al Gran Amor,
que te reclama y colma tus
anhelos,
mujer para la más alta acogida,
paraíso de ternura con el corazón
a punto en la mañana.
Te
saludamos, María, Virgen más bella que el sol,
porque nos has dado a Cristo,
porque nos has dado a Dios.
REFLEXIÓN
Jesús, no tiene manos.
Tiene sólo nuestras manos para
construir
un mundo donde habite la justicia
Jesús, no tiene pies.
Tiene sólo nuestros pies
para poner en marcha la libertad
y el amor.
Jesús, no tiene labios.
Tiene sólo nuestros labios para
anunciar
por el mundo la Buena Noticia.
Jesús no tiene medios,
tiene sólo nuestra acción para
lograr
que todos los hombres sean
hermanos.
Jesús, nosotros somos tu
Evangelio,
el único Evangelio que la gente
puede leer,
si nuestras vidas son obras y
palabras eficaces.
Jesús, danos fuerzas para
desarrollar nuestros talentos
Danos fuerzas para ser tus
testigos.
Danos fuerzas para ser sal de la
tierra y luz del mundo.
- Silencio con música de fondo
(cuatro minutos)
ORACIÓN
María, que con tu amor, sin límites ni obstáculos
adivinas los momentos de
problemas, necesidad y llamada
para darnos el remedio y la solución.
Insaciable amor de lo humano
que conoce y da su mano amiga.
Siempre con tu presencia nos
velas y acaricias.
María, tú la mujer que te diste
al Señor,
repartiendo toda ternura posible
con palabras salidas del corazón
que nos dan calor.
Siempre con tus manos llenas,
siempre dispuesta
a servir sin límites a Dios.
Tu amor ejemplar, nos muestra el
camino exacto
para entregarnos al hermanos.
Ayúdanos, con tu compañía,
para estar siempre atentos a Dios
y a nuestro prójimo.
TERCER MISTERIO: EL NACIMIENTO DE JESÚS EN BELÉN
- Lectura bíblica del relato.
- Introducción al símbolo.
- SÍMBOLO (SER MISIONERO):
Cachaba, sandalias, Biblia
Con
estos símbolos queremos expresar lo que representa el nacimiento de Jesús.
LA BIBLIA que contiene el
mensaje que Dios vino a dar a los hombres.
LAS
ZAPATILLAS símbolo de neustro caminar. Los pastores corrieron al portal al
enterarse de la Buena
Nueva. También nosotros debemos recorrer este tiempo de
Adviento a la luz del Evangelio y guiados por la mano de María.
EL
BASTÓN sirve de apoyo para hacer el camino más fácil. Vivir el Evangelio día a
día exige renuncia, sacrificio... María será el báculo en el que apoyarnos.
LA MEGAFONÍA representa la
comunicación. Hemos recibido la
Palabra de Dios a través del Evangelio, pero no la podemos
guardar sólo para nosotros. Tenemos que ser alegres portadores del Mensaje de
Jesús, y para conseguirlo María debe ser nuestro modelo ya que ella es Luz y
Camino que nos lleva a Dios.
Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se
desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada
afuera y pisoteada por los hombres.
Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una
ciudad situada en la cima de un monte. Ni tampoco se enciende una lámpara y la
ponen debajo del celemín, sino que sobre el candelero, para que alumbre a todos
los que están en la casa. Brille así vuestra luz delante de los hombres, para
que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los
cielos.
- Canción “Nos envías por el
mundo”
- Silencio con música de fondo
(cuatro minutos).
ORACIÓN
Gracias por haber sabido ser una
mujer de pueblo,
por no haber necesitado ni ángeles,
ni criadas
que te amasaran el pan y te
hicieran la comida,
gracias por haber sabido vivir
sin milagros ni prodigios,
gracias por haber sabido que
estar llena
no era estarlo de títulos y
honores, sino de amor.
Gracias por haber respetado la
vocación de tu Hijo
cuando se fue hacia su locura,
por no haberle dado consejitos
prudentes,
gracias por haberle dejado crecer
y por sentirte orgullosa de que
El te superase.
Gracias por haber sabido quedarte
en silencio
y en la sombra durante su misión,
pero sosteniendo de lejos
el grupo de mujeres que seguían a
tu Hijo
CUARTO MISTERIO: PRESENTACIÓN DE JESÚS EN EL TEMPLO Y LA PURIFICACIÓN DE
NTRA. SEÑORA
- Introducción al símbolo.
- SIMBOLO (PURIFICACIÓN): Agua en
una jarra y toalla
- Salmo o parábola.
- Breve reflexión mariana
- Silencio con música de fondo
(dos minutos)
Haz de mi, Señor, un instrumento
de tu paz.
Que donde haya odio, ponga yo
amor;
donde haya ofensa ponga perdón;
donde haya discordia, ponga
unión;
donde haya error, ponga verdad;
donde haya duda, ponga fe;
donde haya desesperación, ponga
esperanza;
donde haya tinieblas, ponga luz
y donde haya triteza ponga yo
alegría.
Haz, en fin, Señor,
que busque más consolar, que ser
consolado;
comprender, que ser comprendio;
amar, que ser amado.
Porque dando es como se recibe,
olividando es como se encuentra,
perdonando se es perdonado
y muriendo se resucita a la vida
que no conoce fin.
QUINTO MISTERIO: EL NIÑO JESÚS PERDIDO Y HALLADO EN EL TEMPLO (1º
BUP)
Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de
la Pascua. Cuando
tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse,
pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres.
Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le
buscaban entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarle, se volvieron
a Jerusalén en su búsqueda.
Y sucedió que al cabo de tres días, le encontraron en el
Templo sentado en medio de maestros, escuchándoles y preguntándoles; todos los
que le oían estaban asombrados por su inteligencia y sus respuestas. Cuando le
vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: “Hijo ¿por qué nos has hecho
esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando.”
El les dijo: Y, ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo
debía estar en la casa de mi Padre? Pero ellos no comprendieron la respuesta
que les dio.
Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos.
Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón. Jesús
progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.
INTRODUCCIÓN
Todo el mundo busca un sentido
para su vida, todo el mundo necesita de ti, Dios mío. Por eso ponemos todo
nuestro empeño en encontrarte, y al no verte, fácilmente pensamos que estás
lejos de nosotros y que eres algo que con la simple vista no podemos ver.
Nos
deja ciego el pecado, el desorden, el orgullo, el egoísmo y todas las cosas que
nos alejan de ti. Pero intentamos mejorar y abandonar todo lo anterior para
sentir tu presencia silenciosa entre nosotros, y darnos cuenta de que siempre
está ahí para ayudarnos en cualquier momento.
Ahora,
Señor, te necesitamos; esperamos con ansiedad volver a tenerte en el interior
para que nos des fuerza. Esa necesidad de buscarte para tenerte y de tenerte
para no olvidarte, la queremos simbolizar en este telescopio. Queremos
simbolizar nuestra búsqueda y nuestro deseo de oración en él.
- SÍMBOLO (ORACIÓN Y BÚSQUEDA DE
DIOS): Telescopio
REFLEXIÓN
Tarde te amé, oh hermosura
siempre antigua y siempre nueva. Tarde te ame.
Y he aquí que tú estabas dentro
de mí, pero yo esta fuera, y por fuera te buscaba. Y, en medio de las
hermosuras que creaste, irrumpía yo con toda la insolencia de mi fealdad.
Estabas conmigo, pero yo no estaba contigo. Me mantenían alejado de ti aquellas
cosas que, si en ti no fuesen, no serían.
Pero
tú me llamaste, gritaste, derrumbaste mi sordera. Centelleaste, resplandeciste,
ahuyentaste mi ceguera. Derramaste tu fragancia, la inhalé y ya respiro, ya
suspiro por ti. Te gusté, y tuve hambre y sed de ti. Me tocaste, y ardo en
deseos de tu paz.
- Silencio: dos minutos con
música de fondo.
ORACIÓN
Señor, tú nos diste el que te
encontráramos y el animo para seguir buscándote,
no nos abandones al cansancio ni
a la desesperanza.
Haznos buscarte siempre, y cada
vez con más ardor.
Y danos fuerzas para adelantar en
tu búsqueda.
Ante ti ponemos nuestra
fortaleza.
Y con ella nuestra debilidad.
Acreciéntanos la primera y
cúranos la segunda.
Que nos acordemos de ti. Que te comprendamos.
Que te amemos.
Aumenta en nosotros tus dones
hasta que totalmente nos
reformemos en ti.
RECUERDO DE
LOS SÍMBOLOS
REFLEXIÓN PARA EL COMPROMISO
¿Qué nos falta? En nuestro camino
hacia Dios nos falta todavía camino por recorrer. Sin embargo, María está con
nosotros, en ese camino. Hoy, mediante estos cuatro símbolos, nos muestra
cuatro formas de acercarnos a Dios.
TELESCOPIO: Búsqueda de Dios y la
oración
SANDALIAS, PALO, MEGÁFONO: Nos
recuerda que tenemos que defender nuestra fe y anunciarla en nuestras familias.
RELOJ: Estar atentos a los demás.
JARRA DE AGUA Y TOALLA: Nos
recuerda que todavía tenemos muchas cosas de las que corregirnos y
purificarnos.
Os
invito a que cada uno elija un símbolo que quiera hacer realidad en su vida, se
acerque a la mesa donde están los papeles y escriba en ellos qué medio concreto
va a realizar para vivir el símbolo hasta el día 25 y deja el papel junto al
símbolo.
CREDO
En
el Credo está simbolizada nuestra fe, todo aquello en lo que creemos y todo
aquello que María, si estuviese aquí, nos transmitiría para que lo hiciésemos
vida en nosotros. Rezar el Credo es acercarnos a María para quien Dios fue
siempre su centro. En esta noche, al finalizar esta vigilia, queremos, junto a
María, reafirmar nuestra fe....
CREDO.
ORACIÓN FINAL
Señor,
Dios nuestro. Por medio de nuestra madre, te pedimos que nos ayudes a vivir
este tiempo de adviento como tiempo de conversión, y que el ejemplo la Madre tuya y Madre nuestra,
sea para nosotros el faro que nos alumbre de día y de noche. Por Jesucristo
Nuestro Señor.
CANTO
Salve Regina
BENDICIÓN FINAL
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