Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado


El próximo Domingo, día 20 de Enero, la Iglesia celebra la Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado.     

Los obispos españoles piden a las autoridades "que los costes de la crisis no recaigan sobre los inmigrantes, que son los más desvalidos de nuestra sociedad".



El Papa, Benedicto XVI, ha publicado una carta (con motivo de la celebración de esta jornada y los obispos españoles a través de la Comisión Episcopal de Migraciones han publicado un breve documento motivando la celebración de la jornada en la Iglesia Española.

Nos recuerdan que desde la fe todos somos peregrinos de los cielos nuevos y la tierra nueva en los que habite la justicia. El mundo se ha convertido en aldea global y los movimientos migratorios son un fenómeno que forma parte del ser del mundo contemporáneo.

Los estados tienen derecho a regular las migraciones por el bien común, pero la Iglesia también reafirma que emigrar es un derecho fundamental, reclamando de la comunidad internacional mayor empeño en la lucha contra la pobreza que es primera causa de las migraciones, junto con las guerras y los desastres naturales.

“El hambre no conoce fronteras”. Muchos ponen en riesgo sus vidas, y muchos la pierden efectivamente, en esa peregrinación de fe y esperanza en las que atraviesan serios peligros y son objeto fácil de exploración. Los obispos piden a los estados medidas generosas más allá del puro cierre de fronteras o la persecución de los irregulares.

En el documento reflejan que en España vivían en 2012 5,7 millones de extranjeros, un 12% de la población. La tasa de paro entre los inmigrantes es del 35%, frente al 22% de los autóctonos.

La crisis económica, por tanto, se está cebando especialmente con las familias emigrantes, y en este contexto es fácil utilizar a los emigrantes como chivos expiatorios de la situación.

“Aquellos que para nuestro Padre son los primeros destinatarios de su Reino, son los primeros en estorbar en el reinado materialista del bienestar”.

En el documento se recuerda que los obispos y otras instancias eclesiales han levantado la voz ante medidas que privaban de su derecho a la salud a algunos emigrantes, así como han ofrecido alternativas a los Centros de Internamiento.

Los obispos también sugieren algunas vías de actuación:
1.  Promoción de una cultura hospitalaria que facilite la incorporación de todos con sus derechos a esta sociedad, denunciando y trabajando por evitar las causas de los desplazamientos forzados.
2. Seguir con la formación y promoviendo el trabajo en redes en este campo.
3. Pedimos a la autoridades que los costes de la crisis no recaigan sobre los inmigrantes, que son los más desvalidos de nuestra sociedad.
4. Los emigrantes no son solo destinatarios de acción social, sino también de la misión evangelizadora de las diócesis, parroquias, etc.
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“Deseamos que los hermanos bautizados en la Iglesia católica, venidos de otros países, puedan encontrar en nuestras parroquias su propia casa, lo que encontraban en la comunidad cristiana aquellos "extranjeros en la Diáspora", a los que va dirigida la primera carta de Pedro: En medio de la opresión política, la explotación económica y la exclusión social, encontraban en la comunidad cristiana la Palabra de esperanza, su familia, el lugar de convivencia en dignidad, sin tener que renunciar a lo más genuino de su cultura. Más aún, que encuentren la posibilidad de poner al servicio de los demás sus propios carismas, su manera propia de sentirse comunidad y su compromiso. "Contigo también," les decimos. Es una gracia comprobar cómo ya empiezan los inmigrantes (presbíteros, religiosos y laicos) a participar incluso en puestos de especial responsabilidad en nuestras Iglesias.”

Puedes consultar
El Documento del Papa con motivo de esta jornada
El Mensaje de los Obispos Españoles
en


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