Vaticano II - (3) - Celebrando el 50º aniversario de la apertura del Concilio



Benedicto XVI, nuestro papa emérito, es uno de los pocos protagonistas del Vaticano II que aún viven, ha querido inaugurar el año jubilar de la fe coincidiendo con el 50º aniversario de la inauguración del Concilio Vaticano II -11 de Octubre de 1963-.




Todos los cristianos de hoy somos hijos del Concilio. La mayoría, apenas tenemos noticias de nuestras abuelas y, algunos, de nuestros padres, sobre cómo era la Iglesia antes del Concilio.

Ha transcurrido medio siglo desde que la Iglesia decidió abrir una ventana para que soplase el aire del amor y la verdad del Espíritu. Y este soplo del Espíritu que impulsó el Vaticano II, llenó de aliento renovador, de esperanza y gozo la Iglesia en la que hemos crecido en sus formas y en sus relaciones.



A ninguno nos resulta ajeno el ecumenismo. A todos nos han educado en la sensibilidad de la escucha atenta de los signos de los tiempos en los que Dios también nos habla. Hemos hecho nuestra la liturgia participativa y somos capaces de captar la importancia de las Conferencias Episcopales. A nadie le es ajena en nuestra Iglesia la relevancia de la opción preferencial por los pobres,… y estos fueron algunos de los brotes de la primavera del Espíritu que vino con el Vaticano II y hoy siguen madurando.

Un gran teólogo de este concilio, Karl Rahner, decía que el Concilio fue un gran don de Dios para la Iglesia pero que pasarían generaciones hasta que la Iglesia fuera la del Vaticano II.

El Concilio ha ido calando en la vida de la Iglesia y conformándola. Y en esta celebración jubilar, en el 50º aniversario de su inauguración, la Iglesia nos convoca a contemplar este bello árbol, con raíces profundas en el Evangelio y a conciliar fuerzas e ilusiones para que siga dando frutos en abundancia.



Las viñetas están tomadas del Blog del Hermano Cortés


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