El Padre Luis desde Lunsar (Sierra Leona) nos hace llegar sus inquietudes y las del pueblo. Recoge en este breve escrito que nos ha enviado, el dolor y la esperanza de los 13 hermanos josefinos, 6 novicios y 2 postulantes de nuestras tres comunidades en Sierra Leona |
La impresión más extendida es el miedo. Se está en casa, y si uno sale procura no tocar a nadie. La gente sospecha del vecino. El Ébola avanza invisible pero letal, y se ve y se siente sobre todo en el ruido de las sirenas que van y vienen continuamente.
Se calcula que normalmente cada día aparecen entre 20 y 30 casos nuevos de personas infectadas, y las muertes aumentan. Se muere en masa, familias, poblados. Las cifras cambian, es difícil verificar, pero por desgracia van en aumento.
Nosotros no estamos ayudando la población desde el punto de vista médico, sino diciéndoles cuales son las formas de evitar el contagio: nada de contacto, nada de funerales, nada de reuniones, lavarse las manos frecuentemente,... Procuramos de transmitir un poco de esperanza.
Aquí rezan y rezamos junto con la gente.
Enfermar ahora da miedo. Apenas se ve un poco de sangre, de fiebre o algo parecido, se piensa enseguida en el Ébola, no en la malaria, el tifus u otras enfermedades comunes.
Están abiertos los hospitales del gobierno, los casos aumentan diariamente, no hay sitio en los hospitales, la gente vuelve a sus casas….. y se propaga la enfermedad.
La precaria economía se degrada cada vez más. Uno se da cuenta en el aumento de los precios sin control. Cada día hay un precio distinto. Algunos ponen el precio que quieren. Ya antes no había trabajo, ahora por las calles los chicos que venden agua fresca, cuatro plátanos, un paquete de caramelos han aumentado mucho. Procurarse la comida del día cada vez es más difícil. Además de pensar en la enfermedad, nosotros pensamos en la pobreza de la gente y en quienes tienen necesidades inmediatas. En los poblados la situación es mucho más triste.
Los políticos se pelean para atribuirse los méritos al mejor postor. A veces los médicos no son escuchados y las decisiones están tomadas según el interés político. Hay quien se pelea y busca ventajas personales a costa del sufrimiento de los demás.
Ayudas desde el extranjero han llegado y están llegando: ingleses, americanos, cubanos, chinos,... Dinero y materiales están llegando, pero queda la duda: ¿irán a parar en beneficio de quien está en la pobreza o de quien está en la miseria? Esperemos.
Cáritas diocesana de Freetown y de Makeni están haciendo lo que pueden contra el Ébola y ayudando con sus hospitales y con sus centros. Una vez más la Iglesia, con sus sacerdotes, religiosos y laicos esta en primera línea en esta situación. Distribuimos cuanto tenemos y cuanto llega. Ayudamos las familias apartadas en cuarentena. Pero los casos aumentan cada vez más, sobre todo en la capital.
Somos 13 hermanos josefinos, 6 novicios y dos postulantes en nuestras tres comunidades de Sierra Leona. Los hermanos de San Juan de Dios siguen con su trabajo pese al dolor de haber perdido algunos de sus hermanos religiosos. Que el Señor se acuerde de nosotros. Acordaros de nosotros en vuestras oraciones.
Padre Luis y los josefinos de Sierra Leona. (Freetown, Lunsar y Makeni)
Lunsar, 13 de octubre de 2014
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