Después del Ébola (I)



Publicamos dos cartas que nos llegan de la Comunidad de Josefinos en Lunsar, Sierra Leona. Cargadas de esperanza nos transmiten el agradecimiento de quienes han podido sobrevivir en esta crisis gracias a las ayudas enviadas por las comunidades josefinas de Europa. El rastro del sufrimiento que ha creado esta emergencia, aunque empiece a remitir tímidamente el ébola, nos llama a seguir colaborando...

Queridos amigos: nuevas noticias desde las Naciones que en estos momentos continúan  siendo las más atacadas por el ébola. Podemos también decir, que algo  muy positivo está aconteciendo, de hecho los nuevos casos de ébola están en continua disminución. Este hecho nos hace abrir la esperanza que en pocos meses, el ébola estará completamente bajo control, aún más vencido. Todavía, aquí alrededor nuestro, parece  encontrar terreno fértil y esto es debido al hecho de que alguno está más interesado en conservar las tradiciones que no en impedir su difusión.

En estas tres semanas hemos asistido a 50 casas puestas en cuarentena, donde en cada una ha ocurrido por lo menos una muerte por ébola. La mayoría de los contagios suceden por las personas que se mueven por el comercio o de los parientes acogidos, provenientes de las zonas todavía infectadas.

Hoy, las casas asistidas por nosotros son 90, de las cuales 9 dos veces.

No es fácil vivir en cuarentena. Uno está obligado al aislamiento forzado sin contacto humano. Sobre todo  psicológicamente  nacen graves desajustes. Hemos notado frecuentemente que  en la primera semana  permanece en ellos el deseo de compartir, pero  a medida que pasan los días la  depresión y la angustia aumentan.  

Hace unos días llevamos alimentos a un poblado donde han muerto 56 personas.  Lamentándolo mucho,  las 53 familias que has sobrevivido, habiendo terminado la cuarentena hace poco, no han podido recoger el arroz y se perdió junto con otros alimentos de la tierra.

La situación es verdaderamente difícil en este poblado y confiamos que muy pronto, alguien intervenga en su ayuda. Hay además 3 casas que han quedado completamente vacías, después de la muerte de todos los que vivían en ella. Nadie tiene el  coraje de irse a vivir  en ellas, esperan que se haga la desinfección (enseguida cumplida por las personas  encargadas), pero ciertamente hay mucho miedo unido a sus tradiciones. Nosotros adoptaremos en este poblado a todos los niños huérfanos (cerca de 60).

Por el momento no tenemos novedades  respecto a los niños  que están  siendo ayudados con adopción a distancia. Estamos intentando, con bastantes dificultades, de hacerles una foto para poder  mandárosla dentro de algún mes.

Otra atención particular está reservada a los huérfanos…… son verdaderamente muchos. El pensamiento nos lleva a buscar las soluciones mejores para ayudarles. Os hemos siempre escrito que no quitaremos a los niños de su entorno familiar, pero buscaremos la mejor manera de  confiarlos a algún adulto que pertenezca al  tronco de origen. Es bueno que crezcan junto a su ambiente. Pensando en un futuro nos pedirán grandes esfuerzos para llevarles al colegio y para ayudarles a crecer también culturalmente. El después del ébola, está previsto que sea muy difícil, es un reto que debemos tomar conciencia ya desde ahora si queremos dar una respuesta apropiada a cada situación.

La pobreza está aumentando continuamente y por lo tanto buscaremos de responder suficientemente a las necesidades de los más necesitados.

La asistencia médica es no sólo importante sino fundamental. En estos días se ha abierto, de  manera parcial, el hospital de los hermanos de San Juan de Dios, cerrado en agosto después de la muerte por ébola de un religioso cirujano español y de varias enfermeras. De momento están garantizadas visitas y atenciones médicas a nivel de ambulatorio pero todavía no los ingresos. Deseamos que dentro de alguna semana se pueda llegar también a abrir pediatría  y maternidad, así nos lo han  prometido de los doctores voluntarios que ya han inspeccionado el hospital.

Esta es una gran esperanza para todos. Si tenemos en cuenta que  durante este tiempo, las muertes por malaria y otras enfermedades han sido mucho más numerosas que el ébola, se entiende muy bien la necesidad  de que el hospital esté operativo.

Para vuestro conocimiento,  una vez más os hacemos llegar lo que hemos gastado hasta ahora  para ayuda: han sido gastados cerca de 44.000 euros. Esto nos hace comprender como, en este tiempo,  las necesidades han ido aumentando y de cómo hemos ayudado. Os confesamos que la alegría que hemos experimentado llevando ayuda es muy grande, porque nuestra presencia da un poco de alegría a tantas caras tristes, pero sobre todo da la seguridad de no haber sido dejados solos.

Llevando comida a una  casa que estaba en cuarentena, donde de 19 personas 11 tenían por debajo de 13 años, hemos  preparado  también unas pequeñas bolsas de caramelos y de globos. En cuanto hemos puesto las bolsas cerca del límite donde estaba la zona de cuarentena, las caras de los niños se han iluminado de alegría. Distribuidas las bolsas,  han comenzado a competir entre ellos para ver quien inflaba el globo antes, gritos y vida, más importante que los propios caramelos. Un espectáculo extraordinario!

 Otra anécdota que nos ha hecho entender la importancia del regalo desinteresado  y de la ayuda que damos a nuestros niños.

Yusifu es un exalumno nuestro. Lo conocemos muy bien porque, cuando era más pequeño, nos ocupamos de él. Lo acogimos en nuestra escuela y le encontramos un benefactor que le ayudó con una bolsa de estudios. Venía de una familia muy pobre que vivía en un poblado lejos de Lunsar. Ha crecido lleno de voluntad y deseo de aprender. Ha aprendido un oficio en el centro profesional y con nuestra ayuda ha encontrado muy rápido un trabajo. Ha trabajado algún año en una empresa extranjera y al terminar su contrato se ha puesto a buscar otra cosa para mantener a su familia que entre tiempo ha formado. Todavía hoy sigue en su trabajo.

El domingo antes de Navidad, un padre javeriano, que pasaba por aquí, nos ha entregado un sobre. Lo hemos  abierto y había dentro 500.000 leoni ( más o menos 100 euros) y un papel donde estaba escrito” para que podáis ayudar a algún pobre como lo fui yo”….. Yusifu

Estupenda solidaridad y reconocimiento. Para nosotros los misioneros  ha sido un gesto que no tiene precio y para vosotros los benefactores la concienciación que cada ayuda dada trae grandes bendiciones.


No hay comentarios:

No nos hacemos responsables de los comentarios que se realicen.