Hacer Parroquia en el Recuerdo 2015. Jubileo de la Misericordia.


El 8 de diciembre comienza el Jubileo de la Misericordia y gran parte del curso académico –la celebración se extenderá hasta el 20 de noviembre de 2016- vamos a vivirlo con este hilo conductor.







Este año, por tanto, bajo este lema, estamos llamados los cristianos, y la parroquia del Recuerdo, a contemplar y vivir el Misterio de la Misericordia.

Es una propuesta del Papa para que vivamos nuestra fe con más intensidad y nuestro testimonio sea más sólido y entusiasta.

El momento fuerte será la Cuaresma del 2016 que celebraremos este curso, pero nuestra parroquia está llamada a ser todo este año, como dice el Papa, un “oasis de Misericordia”.

Está llamado a ser un año en el que celebremos con intensidad el Sacramento de la Reconciliación. Un año propicio la Conversión, para cambiar de vida, para vivir la misericordia con el don que en la caridad nos hacemos como Comunidad de fe y como seguidores de quien nos ha desvelado e introducido en la Misericordia entrañable del Padre.

Un signo de identidad, una forma de sentirnos y vivirnos como creyentes, “hombres y mujeres misericordiosos” que reniegan de la “globalización de la indiferencia” y viven su existencia en favor de los demás, de un mundo al estilo del evangelio que llegue a ser la Gran Fraternidad de los Hijos de Dios.


He pensado con frecuencia de qué forma la Iglesia puede hacer más evidente su misión de ser testigo de la misericordia. Es un camino que inicia con una conversión espiritual; y tenemos que recorrer este camino.
Por eso he decidido convocar un Jubileo extraordinario que tenga en el centro la misericordia de Dios. Será un Año santo de la misericordia. Lo queremos vivir a la luz de la Palabra del Señor: «Sed misericordiosos como el Padre» (cf. Lc 6, 36).
Este Año santo iniciará en la próxima solemnidad de la Inmaculada Concepción y se concluirá el 20 de noviembre de 2016, domingo de Nuestro Señor Jesucristo Rey del universo y rostro vivo de la misericordia del Padre.
Bula “Misericordiae Vultus” por la que el Papa convoca el Jubileo Extraordinario de la Misericordia

El logo y el lema del Año Jubilar
Representan una síntesis de lo que será este año de la Misericordia. Con el lema “Misericordiosos como el Padre” se propone vivir la misericordia siguiendo  el ejemplo del Padre, que pide no juzgar y no condenar, sino perdonar y amar sin medida. 
El  logo  –del P. Rupnik SJ–  presenta  un  pequeño compendio teológico de la misericordia. Muestra al Hijo que carga sobre sus hombros  al  hombre  extraviado,  recuperando así una  imagen  muy  apreciada  en  la  Iglesia  antigua que indicaba el amor de Cristo que lleva a término el misterio de su encarnación con la redención. El Buen Pastor con extrema misericordia carga sobre sí la humanidad, pero sus  ojos se confunden con los del hombre. La escena se coloca dentro la mandorla que es también una figura  importante en la iconografía  antigua y medieval que evoca la presencia de las dos naturaleza, divina y humana, en  Cristo. Los tres óvalos concéntricos, de color progresivamente más claro hacia el externo, sugieren  el movimiento de Cristo que saca al hombre fuera de la noche del pecado y de la muerte. Además, la profundidad del color más oscuro sugiere también el carácter inescrutable del amor del  Padre que todo lo perdona.



Oración oficial para el Jubileo de la Misericordia

Señor Jesucristo,
Tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo,
y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él:
Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación.

Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo
y a Mateo de la esclavitud del dinero;
a la adúltera y a la Magdalena
del buscar la felicidad solamente en una creatura;
hizo llorar a Pedro luego de la traición,
y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido.

Haz que cada uno de nosotros
escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana:
¡Si conocieras el don de Dios!

Tú eres el rostro visible del Padre invisible,
del Dios que manifiesta su omnipotencia
sobre todo con el perdón y la misericordia:
haz que, en el mundo, la Iglesia
sea el rostro visible de Ti,
su Señor, resucitado y glorioso.

Tú has querido que también tus ministros
fueran revestidos de debilidad
para que sientan sincera compasión
por los que se encuentran en la ignorancia o en el error:
haz que quien se acerque a uno de ellos
se sienta esperado, amado y perdonado por Dios.

Manda tu Espíritu y conságranos a todos
 con su unción para que el Jubileo de la Misericordia
sea un año de gracia del Señor
y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo,
llevar la Buena Nueva a los pobres,
proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos
y restituir la vista a los ciegos.

Te lo pedimos por intercesión de María,
Madre de la Misericordia,
a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo
por los siglos de los siglos. Amén.



12 Puntos clave para entender el Jubileo de la Misericordia (de Catholic-link.com)

  1. La llamada a la Iglesia de contemplar el misterio de la misericordia: Como un don recibido gratuitamente que trae consigo la responsabilidad de anunciarlo.
  2. Reconocer a Dios como un Padre que jamás se da por vencido hasta que no haya disuelto el pecado y superado el rechazo con la compasión y la misericordia: “Porque la misericordia se muestra como la fuerza que todo vence, que llena de amor el corazón y que consuela con el perdón”.
  3. La Apertura de la Puerta Santa como símbolo de un nuevo compromiso para todos los cristianos de testimoniar con mayor entusiasmo y convicción la propia fe: La Iglesia quiere ser en el mundo signo vivo del amor del Padre.
  4. Que la Iglesia y las parroquias sean oasis de misericordia: El Papa remarca como cada Iglesia particular estará directamente comprometida a vivir este Año Santo como un momento extraordinario de gracia y de renovación espiritual para acoger a todos con misericordia.
  5. Ser misioneros de la misericordia: “Queremos vivir este Año Jubilar a la luz de la palabra del Señor: Misericordiosos como el Padre. El evangelista refiere la enseñanza de Jesús: « Sed misericordiosos, como el Padre vuestro es misericordioso » (Lc 6,36)”.
  6. Impulsar las peregrinaciones como estímulo para la conversión: “Esto será un signo del hecho que también la misericordia es una meta por alcanzar y que requiere compromiso y sacrificio”. “Queremos vivir este Año Jubilar a la luz de la palabra del Señor: Misericordiosos como el Padre. El evangelista refiere la enseñanza de Jesús: «Sed misericordiosos, como el Padre vuestro es misericordioso» (Lc 6,36)”.
  7. Redescubrir las obras de misericordia corporales y espirituales: “El amor, después de todo, nunca podrá ser una palabra abstracta. Por su misma naturaleza es vida concreta: intenciones, actitudes, comportamientos que se verifican en el vivir cotidiano. La misericordia de Dios es su responsabilidad por nosotros. Él se siente responsable, es decir, desea nuestro bien y quiere vernos felices, colmados de alegría y serenos. Es sobre esta misma amplitud de onda que se debe orientar el amor misericordioso de los cristianos. Como ama el Padre, así aman los hijos. Como Él es misericordioso, así estamos nosotros llamados a ser misericordiosos los unos con los otros”.
  8. Vivir la cuaresma con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios: En la meditación y la escucha atenta de la Palabra de Dios.
  9. Fomentar la iniciativa de las “24 horas para el Señor” para que más personas se acerquen al sacramento de la Reconciliación: “Durante el Jubileo extraordinario de la Misericordia, el confesionario será la Puerta Santa del alma”.
  10. Promover la indulgencia por la que Dios hace evidente este amor que es capaz de destruir el pecado de los hombres: Es necesario comprender que la reconciliación con Dios es posible por medio del misterio pascual y de la mediación de la Iglesia.
  11. Tiempo oportuno para cambiar de vida. Tiempo para dejarse tocar el corazón: “¡Este es el tiempo oportuno para cambiar de vida! Este es el tiempo para dejarse tocar el corazón. Ante el mal cometido, incluso crímenes graves, es el momento de escuchar el llanto de todas las personas inocentes depredadas de los bienes, la dignidad, los afectos, la vida misma”.
  12. Que nuestro pensamiento se dirija a María madre de la misericordia: Para que en la mirada de María podamos redescubrir la alegría de la ternura de Dios.

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