La familia cristiana, signo de la misericordia y la acogida de Dios

En su catequesis del 18 de Noviembre, acerca del sentido de la puerta santa en el Año de la Misericordia, el Papa Francisco invita a las familias cristianas a ser un signo de la misericordia y la acogida de Dios. Y pide, en concreto a las familias cristianas que hagan del “umbral de sus casas un pequeño gran signo de la Puerta de la misericordia y de la acogida de Dios”.




La Iglesia ha sido animada a abrir sus puertas, para salir con el Señor al encuentro de sus hijos y de sus hijas en camino, a veces inciertos, a veces perdidos, en estos tiempos difíciles. Las familias cristianas, en particular, han sido animadas a abrir la puerta al Señor que espera para entrar, trayendo su bendición y su amistad”.

El Papa señaló que “es un signo negativo” que en buena parte del mundo existan lugares donde las puertas blindadas se han convertido en normales. Y nos invitaba a “no rendirnos a la idea de tener que aplicar este sistema en toda nuestra vida, en la vida de la familia, de la ciudad, de la sociedad”. Aplicar este modelo en la vida de la Iglesia, advirtió, “¡sería terrible! Una Iglesia inhóspita, así como una familia cerrada en sí misma, mortifica el Evangelio y marchita el mundo”.

El Papa explicó que “la puerta debe proteger, cierto, pero no rechazar. La puerta no debe ser forzada, al contrario, se pide permiso, porque la hospitalidad resplandece en la libertad de la acogida, y se oscurece en la prepotencia de la invasión”.

La gestión de la puerta necesita un atento discernimiento y, al mismo tiempo, debe inspirar gran confianza”.


Queridos hermanos y hermanas, buenos días

Con esta reflexión hemos llegado a las puertas del Jubileo, ¡está cerca! Delante de nosotros se encuentra la gran puerta de la Misericordia de Dios, una bonita puerta, que acoge nuestro arrepentimiento ofreciendo la gracia de su perdón. La puerta está generalmente abierta, pero nosotros debemos cruzar el umbral con valentía, cada uno de nosotros tiene detrás de sí cosas que pesan ¿o no? Todos somos pecadores, aprovechemos este momento que viene y crucemos el umbral de esta misericordia de Dios que nunca se cansa de perdonar, ¡entremos por esta puerta con valentía!

Del Sínodo de los obispos, que hemos celebrado el pasado mes de octubre, todas las familias, y toda la Iglesia, han recibido un gran estímulo para encontrarse en el umbral de esta puerta….

La Sagrada Familia de Nazaret sabe bien qué significa una puerta abierta o cerrada, para quien espera un hijo, para quien no tiene amparo, para quien huye del peligro. Que las familias cristianas hagan del umbral de sus casas un pequeño gran signo de la Puerta de la misericordia y de la acogida de Dios. Así deberá ser reconocida la Iglesia, en cada rincón de la tierra: como la custodia de un Dios que toca, como la acogida de un Dios que no te cierra la puerta en la cara, con la excusa que no eres de casa.

Con este espíritu estamos cerca, estamos todos cerca del Jubileo. Estará la Puerta Santa, pero está también la puerta de la gran Misericordia de Dios, y que exista también la puerta de nuestro corazón para recibir a todos, tanto para recibir el perdón de Dios como dar nuestro perdón y acoger a todos los que llaman a nuestra puerta".



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