"El Bautismo, don que echa raíces y lleva fruto en un terreno alimentado por la fe" (Papa Francisco) |
El Sacramento del Bautismo es una de las celebraciones más bellas y ricas de la liturgia de la Iglesia, entre otras cosas porque es el Sacramento por el que el bautizado es proclamado como hijo de Dios, se incorpora a la Iglesia con la Misión de ser sacerdote, profeta y rey, y se hace uno con Cristo en su Muerte y Resurrección recibiendo su llamada a seguirle.
¿Por qué buscamos un momento para reflexionar sobre el Bautismo antes de la celebración y qué hacemos?
-Dios nos regala la vida en nuestro hijo y la pone en nuestras manos para que la cuidemos y ayudemos a crecer. Nos ponemos en sus manos pidiéndole que nos inspire su Espíritu para que nos ayude en esta tarea de ser padres.
-Y le encomendamos lo que más queremos, nuestros hijos, para que los cuide e inspire y lleguen a ser lo que están llamados a ser que se revela a lo largo de la celebración en el diálogo permanente que se despliega entre Dios y los padres.
-Se trata de una celebración preciosa de la que, a veces, nos perdemos algunos de los gestos y signos llenos de significado, que en este encuentro anticipamos para vivirlos ese día como merece.
-En el momento del bautismo los niños son incorporados a la Iglesia y nace también la Iglesia doméstica, formada por los padres y los hijos, en la que los niños van a abrirse por primera vez al misterio de Dios, a la relación con Dios a través de la oración y se expondrán en el hogar a los valores evangélicos que vivimos los creyentes, también y sobre todo, en familia, y con vosotros acudirán a sus primeras celebraciones, particularmente en la Misa Familiar con Niños de los Domingos.
En el mes de febrero, tratando de coincidir con la Fiesta de la Presentación del Señor del 2 de Febrero, celebramos cada año con todos los bautizados en el año anterior, una fiesta en la que, como José y María, encomendamos a nuestros hijos al Señor en una celebración litúrgica de la luz y, a continuación, celebramos una merienda para saludarnos, compartir, sentirnos Iglesia y parroquia,... En este día, exponemos junto al altar un cartel con sus nombres que, como bautizados, ya están inscritos en el cielo.
Si queréis bautizar a vuestros hijos, hablad con los sacerdotes para acordar el momento adecuado. Y si queréis uniros a este grupo que prepara a los padres para esta celebración, hablad con Mariano.
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