Cuaresma es tiempo de recogimiento, profundización, esfuerzo, acercamiento, tiempo bautismal, eclesial, de lucha y compromiso, de austeridad y solidaridad, tiempo de esperanza. |
1. Cuaresma, tiempo de centramos en lo esencial de la vida cristiana. Aunque preocupados por las propias necesidades humanas vitales, hemos de saber convertir a Jesucristo, demasiado a menudo marginal y marginado, en el centro de nuestra vida.
2. Cuaresma, tiempo,
pues, de esfuerzo para conocer mejor al Señor e identificamos con su Evangelio.
Aquel que ya conocemos y amamos, haciéndolo más vida de nuestra vida.
3. Cuaresma, tiempo,
por tanto, de profundización en el contacto con la Sagrada Escritura. Esta
Biblia que nos es proclamada en la asamblea, pero que cada uno acoge según el
ritmo de fe personal, también pide ser leída individualmente.
4. Cuaresma, tiempo de
acercamiento más intenso a las fuentes de la gracia, representadas por la
penitencia y la Eucaristía. Como pecadores perdonados hemos de acoger todas las
oportunidades que Dios nos ofrece de su misericordia.
5. Cuaresma, tiempo de
revivir el Bautismo, quizá ya lejano en el tiempo, pero que es el punto de
partida de nuestra filiación divina y el vínculo de comunión con toda la
Iglesia que se prepara para la nueva gracia bautismal de Pascua.
6. Cuaresma, tiempo de
consolidar los compromisos que hemos contraído con Dios, con la Iglesia, con
los nuestros más cercanos y que añadiremos interiormente a la renovación
pascual de las promesas del bautismo.
7. Cuaresma, tiempo de
lucha contra el mal que hay en nuestro interior y el que vemos a nuestro
alrededor hasta el punto de que, allí donde no podamos llegar, la
identificación con Cristo nos permita participar de su combate hasta el fin de
los tiempos.
8. Cuaresma, tiempo de
solidaridad y de especial compromiso con los necesitados, para darles no sólo
lo que nos sobra o de lo que nos abstenemos, sino también nosotros mismos.
9. Cuaresma, tiempo de
hacer de la austeridad nuestra más profunda libertad respecto a los pequeños
placeres o distracciones de que nos servimos, pero que también nos pueden
esclavizar.
10. Cuaresma, tiempo de
esperar con ansia espiritual la santa Pascua, y así entrenarnos a hacer de
nuestra vida una identificación con la muerte y resurrección de Cristo.
BERNABÉ DALMAU
Tomado de Iglesiamanchanorte.com
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