Anteayer decíamos a vuestros padres en el blog que os deseamos que este día de vuestra Primera Comunión sea un día inolvidable, que sea un día de encuentro verdadero con Jesús y el comienzo de una nueva etapa de crecimiento en la vida cristiana.
Preguntad a vuestros padres y, seguro, que recuerdan con bastante detalle el día de su Primera Comunión. Y vosotros lo recordaréis igual, sin duda. Será uno de los acontecimientos más marcados de vuestra infancia. Preparaos y disfrutad de este día y este momento que os acompañará durante toda vuestra vida. No olvidéis que Jesús es el Invitado y es el Protagonista y hay que prepararse muy bien para recibir a este Invitado. Lleváis años preparándoos, la ocasión lo merece.
Y para terminar esta larga preparación os pido un momento. Os pido que miréis, en primer lugar, a vuestros padres con cariño. A esto le llamamos “contemplar” –mirar queriendo, amando y descubriendo la riqueza interior de alguien o algo-. Y se puede mirar con la imaginación, sin necesidad de estar delante de quien queremos ver.
Os pido que contempléis a vuestros padres porque ellos quisieron ofreceros la posibilidad de vivir este momento. ¿Sabéis porqué? Porque quieren lo mejor para vosotros y saben que Jesús, con quien os vais a encontrar en lo más íntimo, es el Camino, la Verdad y la Vida; quien nos puede abrir un horizonte de verdad y con todas las garantías para ser felices.
Os invito ahora a contemplar al catequista que os ha acompañado en estos años. Un día decidió empeñar su tiempo e ilusión en acompañaros en este proceso de crecimiento en la vida cristiana. Como nos contaba Jesús en la parábola, son como aquella mujer que buscando por toda la casa encuentra la moneda y va y se lo cuenta a todo el mundo. Descubrieron a Jesús, les llenó y os lo han contando.
Y os invito a mirar contemplando a todos los que forman la Comunidad Cristiana del Recuerdo en la que os habéis entrenado en la oración y en la que habéis celebrado vuestra fe, en la que habéis colaborado con vuestra aportación a proyectos, por ejemplo, y en la que os habéis formado. Jesús os invita en su mesa, junto a esta Comunidad, a participar de su Cuerpo, a alimentaros de su Palabra, a seguirle, a crecer, a creer,… nos invita a hacer equipo unidos en una piña a Jesús.
Sabes que no termina todo este día de tu Primera Comunión. Ahora empieza tu vida cristiana como un mayor, que va sabiendo lo que quiere y cómo quiere ser, que es capaz de ser responsable, que va sabiendo el valor de las cosas y por qué merece la pena luchar y empeñarse,… Pero ves, decimos “va sabiendo”, “va aprendiendo”, “va creciendo”,… Todavía estamos en camino, madurando, haciéndonos mayores,..
En este camino Jesús se os entrega como alimento para llenaros de fuerza y vigor.
Se hace Guía en vuestro camino y os regala su Palabra para orientaros en la ruta.
Si vivís unidos a Él, tendréis una alegría que nadie os podrá arrebatar.
Pasarán momentos duros, oscuros, y Él será vuestra Luz.
Os infundirá su Espíritu en vuestros corazones y os llenará de confianza y de valor.
Os llama a estar con Él y, si respondéis a su llamada, sentiréis que nunca estáis solos.
…
Son innumerables las promesas que Jesús hace a los que le siguen y que en tu Primera Comunión Él te invita a escuchar.
Él tiene un proyecto, una tarea para ti y para todos nosotros, construir su Reino, la tarea más apasionante que nadie pueda soñar.
No dejes que se apague el fuego que hoy se enciende en ti al escuchar su Palabra y al recibirle y unirte a Él.
¡Disfruta de este inolvidable día y haz que sea inolvidable! El primero de los días que respondiste a su llamada y le seguiste, y unido a Él comenzaste de nuevo el camino para crecer.
Felicidades por todo la aportación que con estos artículos y comentarios nos hacéis a toda la comunidad parroquial. ¡Enhorabuena!
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