Vigilia de Adviento-Inmaculada CON MARÍA HACEMOS EL CAMINO DEL ADVIENTO


Esta noche, en la parroquia, nos hemos querido reunir los jóvenes a recibir el Adviento en oración. Bajo la figura de María y al son de su canto del Magníficat y el Ave María, en la imagen de la Visitación y a la luz del misterio del "Hágase", de su fiat. Han vibrado fibras profundas que ha tocado la oración, se han despertado sueños y anhelos y ha brotado el compromiso en preparar el camino al Señor, nuestro corazón para vivir esta Navidad con renovada ilusión, llena de significado y de la misteriosa alegría que imprime Dios en los que, como María, dejan entrar a Dios en su vida y abren su vida a los planes de Dios. 
Pepe, que presidía la celebración, nos ha invitado a acoger el Adviento en la caída de la tarde, como sucede con la celebración del Sabbat en Israel.

 Y nos ha invitado a abrir el corazón y los sentidos para acoger el Adviento bajo el signo de María que, como una estrella ilumina nuestro recorrido, compromiso,..., tutela nuestro encuentro con Dios y lo orienta, con su estilo, abriéndonos al plan de Dios, dejándole entrar en nuestra vida y haciéndonos plan de Dios.

  Nos ha invitado a VELAR, encendiendo una vela y poniéndola alrededor del corazón de Dios, como signo de vigilia, con sentido de ser luz en medio de nuestro barrio, de lo significativa que queremos que sea nuestra parroquia, del brillo de la juventud, de la luz de la fe,...

 A continuación, hemos escuchado la proclamación del Evangelio de la Anunciación con el foco puesto en María, en su "Hágase" y a la luz de María hemos contemplado nuestras dudas, miedos, incertidumbres, temores,... nuestra noche oscura.

 Hemos pedido en oración, a la luz de nuestras velas y tocando el corazón de Dios, que ilumine nuestras noches oscuras porque no queremos ser tristes, impacientes, temerosos, ansiosos... sino vivir en la alegría que irradian quienes se han dejado tocar por Dios,...

 Como María, que no se enclaustra en sí mismo mirándose el ombligo, sino que se pone en camino para ayudar y echar una mano a quien la necesitaba en aquel momento (el ángel, de parte de Dios, le ha puesto en la pista...como nosotros que, si estamos atentos a los signos de los tiempos, seremos capaces de estar en sintonía con el plan de Dios y acudir a su llamada allá donde se nos necesite).

 Pepe nos ha invitado a visualizar estos signos de Dios, sus llamadas a través de los ángeles (enviados, signos de Dios) que se hacen llamada en los acontecimientos y las personas. Y nos ha pedido afinar el oído para escuchar -allá dentro, en el corazón donde habita Dios- su llamada y acoger ese compromiso que nos pide para preparar este Adviento el corazón a su llegada.

 El Video -que nos habéis pedido poder ver y que se puede reproducir a continuación- ha terminado de tocar esa fibra profunda que la oración removió y ha sonado este atardecer para mantener el tono esta Adviento.

 Pepe nos ha invitado a recoger la oración con sentimiento de alabanza y reconocimiento del Dios que cuida de los pobres y que hace luminosa la vida y la historia, el caminar, de los que se dejan tocar por su Palabra y llenar por su presencia. Por ello hemos acabado proclamando juntos el Magníficat.

¡¡¡Feliz Adviento!!!
¡Qué María os acompañe!!!







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