IR MÁS ALLÁ. LOS EXCESOS DEL EVANGELIO. VI Domingo del Tiempo Ordinario. 16 Febrero 2014





Nos hacemos muchas preguntas sobre lo bueno y lo malo, qué hacer o deshacer, el camino a tomar o la orientación que le debemos dar a nuestra vida…




En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno sólo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos. Os lo aseguro: Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será procesado. Pero yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "renegado", merece la condena del fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto.
Habéis oído el mandamiento "no cometerás adulterio". Pues yo os digo: El que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior. Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en el infierno. Si tu mano derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero al infierno. Está mandado: "El que se divorcie de su mujer, que le dé acta de repudio." Pues yo os digo: El que se divorcie de su mujer, excepto en caso de impureza, la induce al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No jurarás en falso" y "Cumplirás tus votos al Señor". Pues yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo pelo. A vosotros os basta decir "si" o "no". Lo que pasa de ahí viene del Maligno."


En ocasiones me asalta la sospecha de que mi vida no responde al querer de Dios.
Muy a menudo, de hecho, no responde.
Pero, ¿Cuántas veces se impone mi criterio al querer de Dios?,
¿Porqué relativizo las exigencias evangélicas o le doy bola a la permisividad?
En ocasiones sientes la impotencia de no acabar de superar la inclinación al mal.

Nos hacemos muchas preguntas sobre lo bueno y lo malo, qué hacer o deshacer, el camino a tomar o la orientación que le debemos dar a nuestra vida…

Dios nos ha dado la capacidad de elegir con libertad. No para que nos aislemos y enredemos en nosotros mismos y nos rayemos con una maraña de preceptos sin sentido. Dios nos ha dado la libertad de elegir y nos invita a amar. No quiere que nuestra vida responda a un imperativo, sino a una elección amorosa; para que nuestra vida sea respuesta a una invitación a vivir en plenitud.

Esta respuesta va más allá de los preceptos. Se quedan estrechos, asfixian, son mínimos que ahogan y no dejan espacio para la creatividad, el ingenio y el talento para vivir en plenitud.

El Evangelio nos invita a ir más allá.

Y en esta respuesta nos jugamos la vida.








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