Los obispos españoles están en Roma y comienzan hoy la Visita Ad Limina hasta el 8 de marzo. Dos días más tarde, el 10 de marzo, comienza la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal para elegir nuevo Presidente mientras celebramos el primer aniversario del Pontificado de Francisco |
¿Qué es la Visita Ad Limina?
El Código de Derecho Canónico, la legislación de la Iglesia, establece que “Cada cinco años, el obispo diocesano debe presentar al Romano Pontífice una relación sobre la situación de su diócesis, según el modelo determinado por la Sede Apostólica y en el tiempo establecido por esta” (399).
En toda Visita Ad Limina, cada obispo va a Roma y peregrina a las tumbas de Pedro y Pablo, presenta al Papa de la “relación quinquenal” de su diócesis y se encuentra personalmente con él, aunque en esta ocasión no será individual, sino en grupos de siete u ocho.
Los 81 obispos españoles de las 69 diócesis de nuestro país están ya en Roma y hasta el 8 de marzo participaran en los diversos actos que se prescriben para estas visitas.
La última Visita Ad Limina tuvo lugar en 2005, unos meses antes de la muerte de Juan Pablo II.
La Visita tiene lugar unos días antes de la CIII Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE), que tendrá lugar a partir del 10 de marzo y en la que, entre otros asuntos, se procederá a la renovación de cargos, entre ellos el del presidente del colectivo episcopal.
Podemos pensar que nos hayamos ante una nueva etapa de la Iglesia española, que precisamente coincide en el tiempo con el primer aniversario de la elección del cardenal de Buenos Aires como obispo de Roma.
Sin duda alguna, estos días, que seguiremos desde nuestra cuenta de facebook, van a imprimir a la Iglesia Española un nuevo aire y estilo de renovación e impulso, de vuelta a los orígenes, a lo esencial, de generar una Iglesia de Comunión, entusiasmada con la Misión de anunciar el Evangelio y hacerse servidora en un mundo al que, como decía el presidente de la HOAC hace unos días , “se lo debemos”
Oremos por lo Obispos españoles y el Santo Padre, oremos por la Iglesia española y pongamos nuestra confianza en el Espíritu. Sabemos que está por “soprendernos”
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