Entre el Espanto y la Esperanza


Francamente, ¿cómo vivir con ilusión un día tan grande como nuestro particular Pentecostés cuando nos abruma el pesar y el dolor de lo sucedido hace tan sólo unas horas en París? ¿Cómo celebrar un proyecto vital de sseguimiento de Jesús en medio de tan grave amenaza a la paz? Y el evangelio, a primera vista, no nos pinta un panorama muy alentador aunque, si lo lees con atención, rezuma esperanza y apunta a la plenitud.


En días como éste en los que pareciera que EL MUNDO SE NOS CAE ENCIMA nos impactan las imágenes de las tinieblas, la angustia, el cielo tambaleándose,... (susupiramos por París, la ciudad de la luz)...
Y el Evangelio sigue siendo Palabra viva que ilumina tanta tiniebla que nos envuelve... NO HEMOS DE PERDER LA ESPERANZA, la última palabra no la tiene el mal, la muerte, la destrucción,... la última palabra es Cristo Vivo que se presenta glorioso cuando todo se apaga.
Y para RESCATAR ESTA ESPERANZA debemos hacerle presente en su Palabra, en los Sacramentos, en el encuentro con los más vulnerables en quienes se revela en toda su gloria... Este domingo para nosotros es un día alegre porque recibirán toda la fuerza del Espíritu una decena de compañeros de camino de la Comunidad y todo el Recuerdo será investido de la fuerza del Espíritu...

Es un día en el que sin dejar de suspirar por París y añorar la paz, nos llenamos de motivos para seguir esperando...

Como la Misa se centrará en las confirmaciones, os propongo el dibujo de Fano como cada domingo invitándoos a la lectura y meditación del Evangelio de hoy

Del Evangelio de San Marcos 13, 24-32

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
"En aquellos días, después de esa gran angustia, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán.
Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, de horizonte a horizonte.
Aprended de esta parábola de la higuera: Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca; pues cuando veáis vosotros suceder esto, sabed que él está cerca, a la puerta. Os aseguro que no pasará esta generación antes que todo se cumpla. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán, aunque el día y la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, sólo el Padre".


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