Hacer parroquia en el Recuerdo: Pastoral de la Salud



"La Iglesia necesita hoy la capacidad de curar las heridas y dar calor a los corazones, cercanía, proximidad,... Caminar con las personas en la noche, saber dialogar e incluso descender a su noche y su oscuridad sin perderse". Papa Francisco.



Este texto que relata una conversación que mantiene Francisco de Asís, con uno de sus hermanos, concretamente el Hermano Tancredo, es la base desde donde la parroquia  intenta llegar a los enfermos, haciendo  presente la Buena Noticia del amor incondicional de Dios a todos los hombres y mujeres, bien sea en sus domicilios, en residencias o en los hospitales.  Convencidos  de la bondad, de la misericordia del Padre Dios que hace resplandecer el sol con la misma prodigalidad sobre los buenos y los malos. Y todo desde el candor y sencillez.

“El Señor nos ha enviado a evangelizar a los hombres, pero ¿has pensado ya lo que es evangelizar a los hombres?. Mira, evangelizar a un hombre es decirle: “Tú también eres amado de Dios en el Señor Jesús”. Y no sólo decírselo, sino pensarlo realmente, Y no sólo pensarlo, sino portarse con este hombre de tal manera que sienta y descubra que hay en él algo de salvado, algo más grande y más noble de lo que él pensaba, y que se despierte así a una nueva conciencia de sí. Eso es anunciarle la Buena Nueva, y eso no podemos hacerlo más que ofreciéndole nuestra amistad; una amistad real, desinteresada, sin condescendencia, hecha de confianza y de estima profundas. Es preciso ir hacia los hombres. La tarea es delicada. El mundo de los hombres es un inmenso campo de lucha por la riqueza y el poder, y demasiados sufrimientos y atrocidades les ocultan el rostro de Dios. Es preciso, sobre todo, que al ir hacia ellos no les aparezcamos como una nueva especie de competidores. Debemos ser en medio de ellos testigos pacíficos del Todopoderoso, hombres sin avaricias y sin desprecios, capaces de hacerse realmente sus amigos. Es nuestra amistad lo que ellos esperan, una amistad que les haga sentir que son amados de Dios y salvados en Jesucristo”

El grupo está formado por nueve visitadoras y un sacerdote que anima el grupo. Tienen una reunión mensual de formación, y  en este encuentro se  evalúan las  visitas y posibles nuevos enfermos y horario de visitas. Aquellos que lo solicitan se les lleva además la comunión y la participación de los sacramentos y asistencia religiosa. En el mes de junio se celebra la Unción de Enfermos en una celebración comunitaria.  







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