Virgen del Carmen, ruega por nosotros


El próximo martes celebramos una de las fiestas marianas más arraigadas en España y también en América Latina. ¿De dónde viene esta devoción? ¿Cuál es su centro? y sobre todo, qué está ofreciendo el niño Jesús a dos manos, seguro que alguno no sabe ni cómo se llama; a continuación le dedicamos unas letras.



Y vamos a comenzar como Dios manda, con una de las oraciones más intensas y completas a la Virgen del Carmen. Una oración desde dentro, de las entrañas, cuando la tormenta arrecia y la tempestad nos hace levantar los ojos al cielo. Allí contemplamos a la Estrella del Mar.




Oración a la Virgen del Carmen

SÚPLICA PARA TIEMPOS DIFÍCILES

Tengo mil dificultades:
AYÚDAME.
De los enemigos del alma:
SÁLVAME.
En mis desaciertos:
ILUMÍNAME.
En mis dudas y penas:
CONFÓRTAME.
En mis enfermedades:
FORTALÉCEME.
Cuando me desprecien:
ANÍMAME.
En las tentaciones:
DEFIÉNDEME.
En horas difíciles:
CONSUÉLAME.
Con tu corazón maternal:
ÁMAME.
Con tu inmenso poder:
PROTÉGEME.
Y en tus brazos al expirar:
RECÍBEME.
VIRGEN DEL CARMEN, RUEGA POR NOSOTROS.
Amén.




Tradicionalmente la espiritualidad eremítica carmelitana, asentada en el monte Carmelo, interpreta la nube de la visión de Elías en aquel monte (I Reyes 18, 44) como un símbolo de la Virgen María Inmaculada.

Tras la invasión de Palestina por los sarracenos, los Carmelitas -eremitas que se congregaron en torno al Monte Carmelo siguiendo la tradición del profeta Elías que continúo en comunidades de oración en el judaísmo para quienes el Monte Carmelo era referencia del encuentro con Dios- se vieron obligados a abandonar el Monte Carmelo, y una antigua tradición cuenta que antes de partir se les apareció la Virgen mientras cantaban el Salve Regina; Ella prometió ser para ellos su Estrella del Mar. Por ese bello nombre conocían también a la Virgen, porque el Monte Carmelo se alza como una estrella junto al mar. De ahí que los marineros que antes de la era de la electrónica dependían de las estrellas para marcar su rumbo en el inmenso océano se encomendaban a La Virgen del Carmen como Estrella del mar. Ella nos guía por las aguas difíciles de la vida hacia el puerto seguro que es Cristo.

Los Carmelitas abandonaron Palestina y el Carmelo y se trasladaron a Europa y con ellos trajeron la devoción a la Virgen del Carmen que se propagó por el mundo.

Una de las devociones carmelitanas por antonomasia es el uso del escapulario de la Virgen del Carmen. La Virgen dio a los Carmelitas el escapulario como un hábito miniatura que todos los devotos pueden llevar para significar su consagración a Ella. Consiste en un cordón que se lleva al cuello con dos piezas pequeñas de tela color café, una sobre el pecho y la otra sobre la espalda. Se usa bajo la ropa. Junto con el rosario y la medalla milagrosa, el escapulario es uno de los más importantes sacramentales marianos, un signo que nos ayuda a vivir santamente y a aumentar nuestra devoción; no nos comunica gracias como hacen los sacramentos.

La palabra escapulario viene del Latín "scapulae" que significa "hombros". Originalmente era un vestido superpuesto que cae de los hombros y lo llevaban los monjes durante su trabajo. Con el tiempo se le dio el sentido de ser la cruz de cada día que, como discípulos de Cristo llevamos sobre nuestros hombros.  Para los carmelitas particularmente, pasó a expresar la dedicación especial a la Virgen Santísima y el deseo de imitar su vida de entrega a Cristo y a los demás.

En el año 1246 nombraron a San Simón Stock general de la Orden Carmelita. Este comprendió que, sin una intervención de la Virgen, a la orden le quedaba poco tiempo. Simón recurrió a María poniendo la orden bajo su amparo, ya que ellos le pertenecían. En su oración la llamó "La flor del Carmelo" y la "Estrella del Mar" y le suplicó la protección para toda la comunidad.
En respuesta a esta ferviente oración, el 16 de julio de 1251 se le aparece la Virgen a San Simón Stock y le da el escapulario para la orden con la siguiente promesa:
"Este debe ser un signo y privilegio para ti y para todos los Carmelitas: quien muera usando el escapulario no sufrirá el fuego eterno"

Aunque el escapulario fue dado a los Carmelitas, muchos laicos con el tiempo fueron sintiendo la llamada a vivir una vida más comprometida con la espiritualidad carmelita y así se comenzó la cofradía del escapulario, donde se agregaban muchos laicos centrando su espiritualidad en la devoción a la Virgen y en el uso del escapulario.

El escapulario es un signo del amor y la protección maternal de María: El signo es una tela o manto pequeño. Vemos como María cuando nace Jesús lo envuelve en un manto. La Madre siempre trata de cobijar a sus hijos. Envolver en su manto es una señal muy maternal de protección y cuidado. Señal de que nos envuelve en su amor maternal. Nos hace suyos.
Es un signo de consagración a María llevando una señal que nos distingue como sus hijos escogidos. El escapulario significa reconocer su misión maternal sobre nosotros y entregarnos a ella para dejarnos guiar, enseñar, moldear por Ella y en su corazón.


El escapulario es un signo de identidad como seguidores de Cristo, vinculados de íntimamente a la Virgen María con el propósito de vivir plenamente nuestro bautismo. Representa nuestra decisión de seguir a Jesús por María en el Espíritu. 

1 comentario:

  1. FELICIDADES A TODAS LAS QUE CON HONOR LLEVAN EL NOMBRE DE LA VIRGEN DEL CARMEN. ¡FELIZ DÍA!

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