Este domingo de Jesucristo Rey del Universo clausuramos el Año de la Fe que comenzáramos en Octubre del año pasado. Proponemos acabar este Año de la Fe con una invocación, la que nos revela el evangelio de hoy: “Cristo, recuérdame, cuando estés hoy en tu Reino”. Con el canto de Taizé invocamos a Cristo. |
Primera Lectura: II Samuel 5, 1-3
Salmo 121: Vamos alegres a la Casa del Señor.
Segunda Lectura: Colosenses 1, 12-20
Evangelio Lucas 23, 35-43
El pueblo se había quedado observando. Los jefes, a su vez, comentaban con sorna:
- “A otros ha salvado; que se salve él si es el Mesías de Dios, el Elegido”.
También los soldados se burlaban de él; se acercaban y le ofrecían vinagre diciendo:
- “Si tú eres el rey de los judíos, sálvate”.
Además, tenía puesto un letrero: ÉSTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba.
- “¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti y a nosotros”.
Pero el otro se lo reprochó:
- “Y tú, sufriendo la misma pena, ¿no tienes siquiera temor de Dios? Además, para nosotros es justa, nos dan nuestro merecido; éste, en cambio, no ha hecho nada malo”.
Y añadió:
- “Jesús, acuérdate de mí cuando vengas como rey”.
Jesús le respondió:
- “Te lo aseguro: Hoy estarás conmigo en el paraíso”.
No resulta difícil trasladarnos al escenario trágico que nos pinta Lucas, Jesús en la cruz, alzado como signo, identificado con los más pobres, los crucificados de la tierra, de nuestra sociedad, en medio de burlas y bromas.
En medio de este momento crítico de la agonía de Jesús y en un escenario de burlas y humillaciones, surge una invocación del Buen Ladrón, “Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino”.
Al tiempo que reconoce su culpa y la inocencia de Jesús, le expresa lleno de confianza, agonizando y desamparado como el mismo Jesús, su fe en la misericordia y el perdón divino pidiéndole que se acuerde de él. Jesús inmediatamente le contesta con contundencia compasiva: “Hoy estarás conmigo en el paraíso”
¿En qué postura me sitúo ante el Crucificado?
¿Fe?, ¿confianza en su perdón?, ¿burla o desprecio?, ¿invocación?,…
Y ¿cómo me sitúo antes los crucificados de la tierra con los que Jesús agonizante en la cruz se identifica?
¿Me reconozco en la persona del Buen Ladrón?
¿Me reconozco en Cristo Rey con sus atributos de Siervo?
¿Soy de los de Jesús...? ¿Me identifico en su reinado?
¿Me reconozco en Cristo Rey con sus atributos de Siervo?
¿Soy de los de Jesús...? ¿Me identifico en su reinado?
Como el año de la fe, que acaba, me sitúo en este momento culminante, lleno de dramatismo y de la urgencia de una toma de postura, de una posición, de “jugársela”,… ¿Creo?, ¿confío?, ¿adoro?, ¿pido perdón?,…
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